jueves, abril 08, 2004

SEXTO DÍA

Nos despertamos en aquel paraiso asiático, de enormes bosques y cielos anchos.
Me levanto a por café de unas máquinas de café caliente que hay en la Cabaña central. Así pues mezclamos un pan melon, y un café con arroz envuelto en alga (onigiri), y algo de oden (verduras a la olla japonesa).

Después de desayunar y recoger un poco la cabaña, vamos con la familai en 2 furgonetas a visitar la zona, llegamos a una zona con parques de sakura, hermosísimos, donde parece que está nevando, y son las hojas de Sakura que revolotean por todas partes, con ese color rosa y blanco. El florecimiento de las flores de Sakura (cerezo) es una auténtico espectáculo visual.

Por el camino voy con Miho en el asiento de atrás, y ella me regala una grulla que tiene por un lado el mi nombre y por otro el suyo. Que niña más maja, más guapa y más, alucinante. no puedo menos que responderle con un beso.

Vamos a una estación de tren por donde pasa el tren sakura que permanece en funcionamiento desde el SXIX, y funciona con carbon y vapor, expulsa humo negro y hace muchísimo ruido. Pero no deja de ser interesante.

Seguimos visitando la zona, vemos un colegio y unas niñas salen para saludarnos y decir "hola", solo saben esa palabra porque alguien les ha pedido que lo digan en alto, pero es muy gracioso y simpático, hablamos algunas plabras con ellas, bromeamos un poco y seguimos.

En la cercanías visitamos una zona montañosa, y visitamos una cascada o chorrera, y después bajamos porque vamos al pueblo de Kawane, donde el alcalde y los vecinos nos han preparado una recepción especial. Cada uno ha llevado algún alimento típico de Japón, y nos invitan a un picnic, y además hacen un juego para conseguir unas cerámicas artesanalmente fabricadas, la verdad es que nos sentimos abrumados, tiene 3 furgonetas para nosotros durante 2 días, nos invitan a comer, y a cenar, nos reagalan de todo. Son una gente absolutamente espléndida, estamos abrumados, y no sabemos como agradecerlo.

Después visitamos unos restos arqueológicos que hay en una colina del pueblo, allí el señor Yajima nos sorprende con una sesión reducida de Yoga.

Más tarde vamos a casa de la señora Nakano, donde ella nos hace una demostración de Tinta China, y nos regala unas pinturas, muy amablemente, y dando su trabajo con absoluta pasión.

Después volvemos al Balneario, llevamos ropa a la lavandería, y visitamos el onsen, para ver un cuadro, de la señora nakano en el balneraio. Así, pues entramos a los baños, chicos por un lado y mujeres por otro. hay que desnudarse completamente, y solo se puede introducir una pequeña toalla para tapar las vergüénzas.

Al principio es extraño estar en bolas delante de todo el mundo pero como todo el mundo está igual, la vergüenza dura poco, primero hay que enjabonarse y lavarse para quitarse el sudor de cuerpo y no ensuciar el agua volcánica. Junto a mi está un señor que me pregunta en japonés si soy brasileño, yo respondo que no lo soy, que soy de Europa de España. Es curioso hablar con alguien que está junto a ti desnudo.

Después entramos en los baños calientes, la verdad es que no me gusta mucho esto del agua abrasante. Es incómodo, pero bueno al menos tengo al experiencia, probamos uno que está más o menos caliente, y después vamos a otro que parece un barril de madera grande, y que está absolutamente abrasante, tanto es así que no podemos movernos, así que me salgo pronto y vuelvo al menos caliente, no tengo que demostrar nada a nadie, y me resulta incómoda el agua demasiado caliente. Estoy un rato allí y en unos 20 minutos me salgo. y vuelvo a la cabaña, recojo la ropa de la secadora y la guardo, en la maleta.

Así pues, voy a una zona que está junto al onsen, donde están preparando una barbacoa, allí está la pequeña misaki, y me pongo a jugar con ella, me la subo al caballito y la verdad es que no se quién se divertía más si ella o yo. Además me regaló cortó, una flor del sulo y me la regaló... jeje adorable... Y más atrás está Miho...

Empieza la barbacóa, nunca había hecho barbacóa con palillos japoneses, no se me da mal, pero casi se me churrusca la carne. También hay muchos vegetales, trozos de raiz de loto, etc... Duarnte lo que que dura la barbacoa, estoy con Miho, y juego con Misaki, conozco al hermano de ellas. Y la verdad es que lo paso bien y de forma agradable.

Después de la barbacóa intentamos enseñar algo de España a los jpaoneses, y a la compañera Anabel, que es profesora de extranjeros en Salamanca, pues está acostumbrada a dar lecciones de sevillanas rápidas, e intenta mostrar algo de este popular y estereotípico baile, con toda su teoría y con nosotros como ejemplo, práctico. Después empezamos a encender "hanabi" (=flores de fuego) pequeños fuegos artificiales como bengalas y artisticos ejemplos japoneses. Tras ello nos despedismo de ua gran parte de los que nos acompañan, sin parar de agradecer lo que nos han obsequiado. Son una gente genial. Nos llevaremos un recuerdo imborrable. Los que quedan se vienen con nosotros a la cabaña. Allí vuelven a cocinar una especie de tortilla estilo japonés, mientras bebemos, y hablamos cómodamente, con MIho, con su madre, con una amiga de Miho que ha venido para conocer españoles, ya que viajó a España hace unos años.

Después Miho me invita a ir al Ofuro, aunque no me gusta demasiado, el requerimiento de Miho, hace que la situación supere la incomodidad. Como dice el Dalai lama, piensa en lo que puedes ganar cada vez que tengas que sacrificar tus deseos. Y realmente lo paso tranquilamente junto a Miho, y junto a otros viajeros.

Al poco salimos los dos del Ofuro, ya es tarde, la pequeña misaki está preciosamente dormida. La familia de Miho, me pide que lleva a la niña, y con mucho gusto lo hago. Se desvela un poco y busca a su mamá. Pero vuelve a dormirse, la dejo en el coche de su mamá, y me despido de Miho, y de su madre. Nos veremos en Septiembre. (ya tengo ganas de volver).

Poco más por hoy mañnan vamos a Kanzawa.